Lince

El lince es, junto con el oso (del que hablaremos en otro artículot) y el lobo, uno de los tres grandes depredadores europeos y el mayor felino que vive en estado salvaje en el continente europeo.

El lince ibéricolynx pardina, mide entre 80 y 90 centímetros, pesa entre 12 -13 kilos y su cola suele medir hasta 13 centímetros. Se parece mucho al lince europeo y en ocasiones se le ha llegado a considerar como una subespecie del lince europeo (lynx lynx). No obstante, tiene el pelaje más manchado y las manchas negras muy marcadas. Su característica principal son sus orejas puntiagudas terminadas con unos pelos negros. También lo son características las patillas que cuelgan de sus mejillas que el lince europeo no posee.

El lince ibérico se alimenta principalmente de liebres y conejos, ciervos, perdices y otras especies de aves.

Habita en bosques y landas de tipo mediterráneo de la Península Ibérica, estando asentado principalmente en dos áreas de Andalucía: Doñana y Sierra Morena. Se está llevando a cabo un programa de reintroducción en zonas en las que han estado anteriormente, como en Portugal, Extremadura y Castilla La Mancha.

Las principales amenazas para los linces ibéricos son las inducidas por la acción del hombre, sobre todo el incremento de atropellos con vehículos de motor (desde el año 2000, han muerto en Doñana 57 linces, 24 de los cuales fueron atropellados), pero también la caza ilegal, el envenenamiento, la instalación de cepos y lazos para otras especies, etc. También preocupa la cepa de la enfermedad hemorrágica vírica que afecta al conejo, su principal fuente de alimentación.

Hasta el año 2012, el lince ibérico se encontraba en la categoría de Especie en peligro de extinción en Peligro Crítico con 52 ejemplares maduros, pasando a En Peligro con 156, según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Según la UICN este resultado se ha conseguido “mediante acciones intensivas de conservación, que entre otras incluía la reintegración de conejos en el hábitat del lince, monitoreo del trampeo ilegal, programas de reintroducción, cría con fines de conservación y sistemas de compensación para los propietarios”.

Según el Programa Lynx ex situ de 2005 a 2015, un total de 333 cachorros nacieron en cautividad, superando en un 72,4 % los linces que superaron los 60 días de vida. En estos 10 años se han emparejado 202 hembras, de las cuales 130 gestaron una media de 2,6 ejemplares.

Pese a todos los esfuerzos, todavía no se ha salvado el lince de la extinción, es por ello que debemos cuidar su hábitat y seguir trabajando para que estos felinos característicos únicamente en la Península Ibérica sigan aumentando.

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